¿Por qué la ropa sostenible es más cara que la fast fashion?
Sustainability

16 Septiembre 2021

¿Por qué la ropa sostenible es más cara que la fast fashion?

¿Por qué la ropa sostenible es más cara que la fast fashion?

Puede deberse a muchas razones, como el uso de mano de obra barata o de ciertos productos químicos peligrosos. Vamos a desglosar aquí algunas de las razones por las que merece la pena pagar el precio que tiene la moda sostenible.

 


Ya sea comprando online,o ya sea en una tienda, es bastante fácil caer en el foco exclusivo de los precios, y más cuando hay una oferta de “chollos” disponibles tan amplia. Ahora bien, aunque la moda rápida (del inglés fast fashion, lo mismo que la «comida rápida», también certeramente llamada «comida basura») puede sentarle bien a tu bolsillo, algo o alguien ha tenido que sufrir para que pueda salir al mercado tan barata. ¿Te has preguntado cómo se realizan y cómo llegan esos productos a la venta?

 

Muy a menudo la gente se sorprende del conjunto de particularidades que envuelve la creación de un producto textil, los quilómetros que ha cruzado y los procesos por los que ha tenido que pasar. Tanto si se trata de una simple camiseta blanca, o de zapatos veganos realizados con cuero vegano, o bien de un bolso extravagante, cada producto es único en su manufactura.

 

Justificar el hecho de pagar más por un producto que ha sido manufacturado de un modo sostenible (aunque, en apariencia, parece idéntico a otro no sostenible), resulta fácil desde el momento en que queda explicado el trayecto que ha trazado hasta llegar al mercado. Por eso, vamos a dar un vistazo general para darlo a entender.

 

 

Primer paso: Diseño

 

A lo largo del proceso de diseño, se decice cada detalle creativo que debe ser incorporado al producto. Eso va desde los colores, el tipo de impresión, la horma y las medidas de cada elemento. Algunos diseños se realizan a mano y otros se trazan digitalmente con un ordenador.

 

Una parte considerable del proceso de diseño se destina a la elección de lo necesario para la sostenibilidad del producto, comenzando por cuestiones relativas a la calidad y terminando por contemplar el término de su vida útil. Hacer un diseño teniendo en mente el ecosistema es algo que se pasa completamente por alto en el mundo de la fast-fashion, cuyo foco está centrado en cambiar tendencias a todo gas, con productos que no están concebidos para durar, ni para ser reutilizados ni para ser reciclables.

 

Por el contrario, la moda circular y hecha a fuego lento, toma en consideración el impacto medioambiental de los productos y trata de que sean lo más sostenibles posible. Por poner un par de ejemplos, si es el caso de crear unas sandalias veganas, eligiremos usar algodón orgánico antes que uno no-orgánico, o para realizar unos zapatos preferiremos emplear corcho natural, siempre que podamos, en lugar de fibras de algún polímero que tarda cientos de años en descomponerse.





Paso 2: Tratamiento textil

 

El textil es clave a la hora de componer cualquier prenda de ropa, dado que constituye la mayor parte de la composición material de cualquier prenda o complemento. Todos los tejidos están hechos de fibras diversamente tramadas para obtener la resistencia, durabilidad, aspecto y textura deseadas. Esas fibras, a su vez, pueden proceder de muy distintas fuentes, de las cuales, podría decirse que existen cuatro principales: de origen vegetal, de origen animal, originadas artesanamente y creadas sintéticamente.

 

La mayor parte de los consumidores desconoce el tipo de fibras de que está hecha su ropa, y es algo enfermante ver la falta de información que se ofrece en relación a las fibras que empleamos para vestirnos todos los días. Un dato ejemplar es la completa ausencia de interés por los beneficios que proporciona el paso a usar fibras orgánicas, menos alteradas químicamente. Hay fibras que, no sólo son sin duda mejores para el planeta y para la vida de los animales no humanos, sino también más sanas para nuestra piel y preventivas de alergias e irritaciones.

 

Sin embargo, en el vasto mundo de la moda rápida, qué fibra se halla en la composición de una prenda o complemento no es algo que se elija por razones éticas, sino por su aspecto y por su coste. Y lo concerniente al medio ambiente, a los animales y a las personas, va muy por debajo de los beneficios económicos.

 

La moda sostenible, por el contrario, trata de ser responsable con respecto a generar el menor impacto negativo, y tiene cuidado por la naturaleza, los animales y las personas, con elecciones como, por ejemplo, el uso de fibras vegetales como las que constituyen el Piñatex para crear zapatos veganos con hojas de piña. Claro que esas alternativas tienen un precio superior, pero podemos estar de acuerdo en que ese precio es justo.

 

 

Paso 3: Manufactura de las prendas y accesorios

 

Una vez tenemos el tejido con las propiedades que queremos, ya podemos comenzar a cortar y coser hasta terminar una prenda o accesorio. El proceso de fabricación de un artículo puede conllevar una larga lista de inspecciones y revisiones, desde comprobar su calidad, evaluar cómo sienta, regularizar sus medidas en un patrón, calcular las cantidades y los costes, por nombrar algunas.





Cuatro de los principales países exportadores de ropa son China, Bangladesh, Vietnam y la India. El bajo coste de la mano de obra que puede encontrarse en estos lugares, hace que muchas marcas lleven su manufactura allí con el fin de incrementar sus beneficios a costa de los bajos salarios de los trabajadores. Para dar un poco más de detalles, en China el salario mínimo se encuentra en un rango de 150-338 dólares al mes y en Bangladesh tan sólo unos 65 dólares mensuales. Las marcas de moda rápida que sólo toman en cuenta el dinero, siempre irán buscado el menor coste de manufactura, lo cual suele traducirse en salarios de hambre, cuando no incluso en trabajo esclavo.

 

Para cualquier marca, es completamente posible asegurarse de que los trabajadores implicados en la manufactura de sus prendas de ropa reciban un pago justo por su labor; tan sólo es necesario que haya la disposición de hacer el esfuerzo. Ahora, el pago de un salario justo repercutirá en un mayor coste, y eso se reflejará en el precio de los productos.

 

Otro de los motivos de que la producción local y sostenible sea más cara es el hecho de no poder producir en cantidades tan grandes como se hace en la moda rápida. Y, así, no cabe ninguna posibilidad de que las marcas sostenibles puedan competir en cuestión de precio. Por eso, hay que valorar el coste que contiene un producto que ha trazado un cierto camino hasta llegar al estante de la moda.

 

 

Paso 4: Transporte y Publicidad

 

El transporte es otra pieza clave, dado que permite que los productos lleguen a las tiendas, o a la puerta de tu casa mediante la compra online. Con la expansión del mercado global, las prendas han ido siendo fabricadas en sitios cada vez más lejanos, y, sobre debido a la moda rápida, la demanda de exportación e importación de esas prendas no ha hecho más que aumentar.

 

Ya sea por carretera, por tren, por mar o por aire, todo transporte contribuye a la polución del medio ambiente. Con todo, las marcas más sostenibles están haciendo el esfuerzo de proveerse y fabricar ropa, zapatos veganos o complementos veganos, lo más localmente posible. Y eso ayuda a minimizar la huella de carbono que deja un producto. Pero, de nuevo, esa no suele ser la opción más barata, lo cual es otra razón por la que la moda sostenible tiene un mayor coste.

 

La propaganda de la moda rápida promueve la cultura del usar y tirar, vendiendo artículos que desaparecerán de la esfera de lo que es “tendencia” tan rápido como llegan a ella. Y, lo más habitual es que produzcan cosas de baja calidad que no duran casi ni el tiempo de probártelas, es decir, que serán pronto desechadas (lo cual causa un perjuicio al ecosistema). Por el contrario, los estilos minimalistas y atemporales resultan en diseños que no vas a encontrar publicitados con entusiasmo en ese mundo de moda barata, mientras en mucha de la publicidad de la moda sostenible encontrarás esos diseños concebidos para traspasar los límites de una temporada; pero la moda rápida está enfocada en generarte la necesidad constante de consumir más.

 

A pesar de que pueda suponerte un esfuerzo, romper el círculo vicioso de las compras de moda rápida y prevenir de exponerte a su martilleo propagandístico, contriuirá a que te resulte más fácil comprar de un modo sostenible y tan sólo aquello que realmente precisas.





Una vez te hayas desprendido de la inercia a que empuja esa publicidad, podrás darte cuenta de la cantidad de gente implicada en la fabricación de una prenda de ropa, un zapato o un complemento. Y con ello, podrás saber qué estás pagando cuando elijes moda sostenible en lugar de productos de moda rápida.

 

Elegir consumir productos de cercanía es una alternativa evidentemente ética, y eso te va a sentar bien como persona responsible, lo mismo que va a ir en beneficio del planeta, el resto de gente, y los animales no humanos.

 

¿Buscas inspiración para elegir ropa? Echa un vistazo a cómo combinar accesorios veganos con estilo, clicando aquí.

 

Te deseamos un estupendo día.

 

El equipo NAE

Autor

Madeleine Bird

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